lunes, 6 de diciembre de 2010

Lo que ven, es lo que hacen

El resumen

CÓMO AFRONTAR TENSIONES Y CONFLICTOS CON NUESTROS HIJOS E HIJAS.

En la vida diaria puede ser difícil saber cómo reaccionar cuando se presentan conflictos con nuestros hijos o hijas. Sus enfados nos pueden molestar o poner nerviosos y a veces podemos perder el control de nuestras propias emociones gritando, utilizando el castigo físico como el golpe o el cachete, riñendo o amenazando.
Como padres y madres nos gustaría que esto no sucediera, que pudiésemos controlarlo, porque queremos a nuestros hijos e hijas y no pretendemos hacerles ningún daño. Sin embargo, estos comportamientos de irritación de los padres y madres pueden llevar a pensar en alguna ocasión a nuestros hijos que no les queremos lo suficiente.

Los conflictos forman parte de las relaciones humanas. En ciertas ocasiones el camino que toman los conflictos puede deteriorar la convivencia generando violencia, por ello es importante proporcionar herramientas para resolverlos de manera constructiva. Para empezar, necesitamos que todos los implicados sean conscientes de su responsabilidad en el problema y que tengan voluntad para resolverlo. Igualmente es necesario saber cuándo es el momento de intervenir, cuál es el mejor momento para hablar y cuándo callarse, porque si queremos resolverlo en el momento en que alguna de las personas implicadas en la situación está violenta o enfadada es muy probable que en ese momento no se pueda hablar de manera tranquila.
Resolver un conflicto no es solamente exponer una serie de propósitos de enmienda o de buenas intenciones, implica desarrollar estrategias de resolución de conflictos que empiezan por cambiar pequeñas cosas que mejoren el clima de tensión.

Estrategias para resolver los conflictos de manera constructiva:

1. Mejorar las habilidades de comunicación y de escucha. Es importante promover espacios para que cada persona pueda expresar sus sentimientos sin ser juzgado y si es necesario que cada uno pida perdón a los demás por los errores cometidos.
2. No emplear actitudes agresivas como insultos, reproches o amenazas.
30Para imponer disciplina a un niño o niña en ningún momento necesitamos usarla violencia con ellos, pegándoles o humillándoles.
3. Favorecer la empatía que es la capacidad para ponerse en el lugar de otras personas. Esto nos permite considerar las diferentes perspectivas de las personas implicadas en el conflicto.
4. Negociar salidas concretas. Las propuestas de resolución del conflicto seguramente afectarán a todos los involucrados ya que seguramente todos tendrán que asumir compromisos como parte de su responsabilidad en el problema.

Por otra parte, la falta de control emocional de los padres y madres pueden llegar a ser imitadas por los hijos, como hacen con otros de sus comportamientos, y aprender así a perder también su control emocional, voceando, gritando, riñendo o pegando; y todo ello sin que los padres y madres lo pretendamos.
Por eso es tan importante poder autorregular nuestras emociones y nuestros comportamientos ante nuestros hijos e hijas y ante los demás, y también aprender a interpretar y a comprender las razones de su comportamiento, sobre todo cuando están enfadados y tienen conductas inapropiadas. Para ello hemos de pensar que nuestros hijos o hijas, como cualquier otra persona, necesitan atención, respeto, afecto y reconocimiento. A veces, cuando la persona siente que no tiene este reconocimiento, o que no se lo dan como espera, puede reaccionar con comportamientos de enfado o con llamadas de atención, con oposición a la autoridad y en ocasiones, incluso, con comportamientos vengativos. Esto no suele suceder, sin embargo, cuando la persona se siente atendida; en estos casos nos solemos mostrar contentos, cooperativos y dispuestos al diálogo.
Guía padres 2009.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Amor

Así hago mis esquemas

Fábula del aguilucho

Érase una vez un granjero que, mientras caminaba por el bosque, encontró un aguilucho malherido. Se lo llevó a su casa, lo curó y lo puso en su corral, donde pronto aprendió a comer la misma comida que los pollos y a comportarse como estos.
Un día, un naturista que pasaba por allí le preguntó al granjero:
- ¿Por qué este águila, el rey de todas las aves y pájaros, permanece encerrado en el corral con los pollos?
El granjero contestó:
- Me lo encontré malherido en el bosque, y como le he dado la misma comida que a los pollos y le he enseñado a ser como un pollo, no ha aprendido a volar. Se comporta como los pollos y, por lo tanto, ya no es un águila.
El naturista dijo:
- El tuyo me parece un bello gesto, haberle recogido y haberle curado y cuidado. Además, le has dado la oportunidad de sobrevivir y les has proporcionado la compañía y el calor de los pollos de tu corral. Sin embargo, tiene corazón de águila y con toda seguridad se le puede enseñar a volar. ¿Qué te parece si le ponemos en situación de hacerlo?
- No entiendo lo que me dices. Si hubiera querido volar, lo hubiese hecho. Yo no se lo he impedido.
- Es verdad, tú no se lo has impedido, pero como tú bien decías antes, como le enseñaste a comportarse como los pollos, por eso no vuela. ¿Y si le enseñáramos a volar como las águilas?
- ¿Por qué insistes tanto? Mira, se comporta como los pollos y ya no es un águila, qué le vamos a hacer. Hay cosas que no se pueden cambiar.
- Es verdad que en estos últimos meses se está comportando como los pollos. Pero tengo la impresión de que te fijas demasiado en sus dificultades para volar. ¿Qué te parece si nos fijamos ahora en su corazón de águila y en sus posibilidades de volar?
- Tengo mis dudas, porque ¿qué es lo que cambia si en lugar de pensar en las dificultades pensamos en las posibilidades?
- Me parece una buena pregunta la que me haces. Si pensamos en las dificultades, es más probable que nos conformemos con su comportamiento actual. Pero ¿no crees que si pensamos en las posibilidades de volar esto nos invita a darle oportunidades y a probar si estas posibilidades se hacen efectivas?
- Es posible.
- ¿Qué te parece si probamos?
- Probemos.
Animado, el naturista al día siguiente sacó al aguilucho del corral, lo cogió suavemente en brazos y lo llevó hasta una loma cercana. Le dijo:
- Tú perteneces al cielo, no a la tierra. Abre tus alas y vuela. Puedes hacerlo.
Estas palabras persuasivas no convencieron al aguilucho. Estaba confuso y al ver desde la loma a los pollos comiendo, se fue dando saltos a reunirse con ellos. Creyó que había perdido su capacidad de volar y tuvo miedo.
Sin desanimarse, al día siguiente el naturista llevó al aguilucho al tejado de la granja y le animó diciendo:
- Eres un águila. Abre las alas y vuela. Puedes hacerlo.
El aguilucho tuvo miedo de nuevo de sí mismo y de todo lo que le rodeaba. Nunca lo había contemplado desde aquella altura. Temblando, miró al naturista y saltó una vez más hacia el corral.
Muy temprano al día siguiente el naturista llevó al aguilucho a una elevada montaña. Una vez allí le animó diciendo:
- Eres un águila, abre las alas y vuela.
El aguilucho miró fijamente los ojos del naturista. Éste, impresionado por aquella mirada, le dijo en voz baja y suavemente:
- No me sorprende que tengas miedo. Es normal que lo tengas. Pero ya verás como vale la pena intentarlo. Podrás recorrer distancias enormes, jugar con el viento y conocer otros corazones de águila. Además estos días pasados, cuando saltabas pudiste comprobar qué fuerza tienen tus alas.
El aguilucho miró alrededor, abajo hacia el corral, y arriba, hacia el cielo. Entonces, el naturista lo levantó hacia el sol y lo acarició suavemente. El aguilucho abrió lentamente las alas y finalmente con un grito triunfante, voló alejándose en el cielo. Había recuperado por fin sus posibilidades.

Actuación en el aula ante un niño con dislexia.

En primer lugar, debe quedar claro que los alumnos disléxicos pueden tener éxito en sus estudios: lo único que ocurre es que necesitan un tipo de enseñanza diferente. El sistema educativo basado en la lectoescritura no se ajusta a ellos, no es que ellos no sean aptos para el aprendizaje.
Los problemas asociados a la dislexia están presentes en aproximadamente un 10% de la población. Por lo tanto, lo normal será que, al menos un niño de cada grupo sea disléxico.
Parece claro que no hay una única dislexia, sino niños con dislexia, cuyas dificultades no son idénticas y necesitan intervenciones adaptadas a su naturaleza y gravedad. Se impone, por tanto, una intervención personalizada y multidisciplinar. Es importante un conocimiento tanto cualitativo como cuantitativo de las características concretas del niño, antecedentes familiares, primeras etapas de su desarrollo, habilidades básicas, integración y organización neuropsicológicas, etc.. Una vez diagnosticado, el currículo tendrá que adaptarse a las necesidades del niño, que precisa métodos de enseñanza distintos a los convencionales, más tiempo de aprendizaje y mucho apoyo emocional; precisa de una enseñanza ”multisensorial” que le proporcione diversos medios de estimulación que refuercen e integren las habilidades básicas.


Por lo tanto, el maestro o profesor deberá:
¨ Ser positivo y constructivo.
¨ Aceptar el hecho de que el niño con dificultades específicas de aprendizaje podrá tardar hasta tres veces más en aprender y que se cansará rápidamente.
¨ No se debe tildar al alumno de estúpido o de vago, ni ser sarcástico con él. ¨ Cerciorarse de que el entorno educativo es estructurado, previsible y ordenado: los niños con dificultades de aprendizaje responden más favorablemente cuando se dan estas condiciones.
¨ A estos niños no los motivarán los sobornos, amenazas o súplicas para que haga un esfuerzo”. Esto no mejorará sus resultados ya que lo que necesita son explicaciones e instrucciones más claras, más lentas o con más repetición.
¨ Elogiar sus capacidades y aprovechar sus puntos fuertes para enseñarle mejor.
¨ No pensar que la familia lo sobreprotege ni que “son ellos los que están ansiosos con el problema”. Tanto el niño como su familia viven un auténtico infierno hasta que la escuela adapta su metodología, y aún entonces deben colaborar de manera muy superior a las familias sin estas dificultades. En general, un disléxico sin apoyo familiar está abocado al fracaso. La escuela debe colaborar con la familia y contar con ella para la toma de decisiones metodológicas y evaluadoras.

miércoles, 27 de octubre de 2010

TDAH Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, diagnóstico y tratamiento

El TDAH es un trastorno psiquiátrico que afecta en mayor medida a los niños, aunque también se producen casos en adolescentes y adultos. Este trastorno de déficit de atención puede ir ligado a hiperactividad, con lo que el cuadro del paciente aún se agrava más. Los datos indican que uno de cada tres niños suele tener problemas de conducta y de personalidad al llegar a la adolescencia, y en muchas ocasiones esas alteraciones obedecen al TDAH. Por este motivo es tan importante efectuar un diagnóstico precoz, para así poder reducir en la mitad los problemas psiquiátricos que la persona tendrá al llegar a la edad adulta.

Cómo Comienza el TDAH

El tipo de trastorno que presenta el TDAH comienza en la infancia y afecta de modo particular a los niños con una inquietud excesiva, dificultades de atención y de concentración, falta de control ante los impulsos... Estas alteraciones de comportamiento repercuten en las relaciones sociales, escolares, familiares y, ya en la edad adulta, hasta en las laborales.

El Diagnóstico, ¿Resulta Sencillo?

El diagnóstico de TDAH se establece a día de hoy desde la clínica, aunque en realidad no existe una prueba médica que sea 100% eficaz y definitiva en detectar esta enfermedad. Las pruebas complementarias que se llevan a cabo, como los tests psicológicos, son de gran ayuda a la hora de valorar al paciente. La figura del pediatra cobra gran importancia a la hora de detectar el TDAH. En las evaluaciones anuales que realiza puede asociar los problemas de manejo de conducta o el fracaso escolar del pequeño con este tipo de trastorno psiquiátrico.

Parámetros Para un Buen Diagnóstico

En todos los casos de TDAH es fundamental que se realice un buen diagnóstico y que éste sea de carácter riguroso. Los tres parámetros que deben servir de guía a los especialistas son la inquietud del niño, su impulsividad y las dificultades de concentración que tenga. Si estos tres aspectos son tan intensos que repercuten en la vida diaria del pequeño, en la escuela, las relaciones con otros niños y en casa, seguramente estaremos ante un caso de TDAH.

El Peligro del Infradiagnóstico

A día de hoy se siguen produciendo infradiagnósticos en el TDAH. Lo cierto es que todos los niños presentan alteraciones en su comportamiento y despistes. El problema viene dado cuando estos síntomas se convierten en disfuncionales y alteran por completo el curso evolutivo del chiquillo.
Los infradiagnósticos constituyen una fuente de riesgo para el paciente, ya que si el problema no se empieza a tratar de forma temprana, a medida que pase el tiempo las dificultades aumentarán.

El Niño con TDAH sufre

Hay que tener en cuenta que el niño hiperactivo, al no saber escuchar, ni esperar, al ser impulsivo e imprevisible, incomoda mucho a los profesores y compañeros de clase. En casa molesta a los padres, incluso al resto de niños ya que su comportamiento no le permite seguir las reglas de los juegos que siguen los demás niños. Así pues, se unen un conjunto de factores que provocan angustias, ansiedad, y que hacen que los niños con TDAH se depriman. Las cifras revelan que un 30% de los niños con TDAH tiene ansiedad, mientras que un 15% llega a sufrir depresión.

En el caso de las personas adultas con TDAH, éstas se vuelven inseguras porque en el pasado siempre han tenido dificultades y no han conseguido alcanzar ninguno de los objetivos que les han marcado.

Afectación Escolar del Niño con TDAH

El niño maleducado es aquel que hace gamberradas en clase a propósito, con pleno deseo de llevarlas a cabo y siendo consciente en todo momento de lo que hace. Por tanto, es libre de hacerlas o no, tiene control sobre su conducta. Sin embargo, el niño con TDAH se muestra alterado sin pretenderlo, no tiene capacidad de controlarse y llama la atención por una conducta que por sí solo no puede evitar. Por eso muchas veces el motivo de consulta es el fracaso escolar, sacar malas notas e incluso tener que repetir curso. Sucede frecuentemente que los niños con TDAH ya han repetido un curso antes de llegar a los 11 años,algo que no viene dado por falta de inteligencia, sino por su enfermedad. Las dificultades de atención y de concentración no permiten que su memoria funcione de forma correcta. Los tratamientos con fármacos pueden ayudar a mantener un buen manejo en este aspecto, ya que hacen sentir al niño más equilibrado.

Repercusiones Familiares del TDAH

Como hemos comentado, los niños con TDAH tienden a padecer más problemas emocionales que el resto, y sufren de manera más acusada, por ejemplo, una separación de los padres. Lo que también hay que valorar es que muchas veces estas separaciones se producen precisamente por la enfermedad del hijo. Otros conflictos conyugales que podrían resolverse sin llegar al divorcio, se agravan con la patología de su hijo,que no hace más que alterar la vida familiar y provocar estrés a las personas con las que convive. Cuando se produce una separación,la situación de desconcierto que experimenta el niño es enorme, se siente perdido.


Tratamientos Para el TDAH
 
Muchas personas son reticentes a dar fármacos a los niños pequeños. Si embargo, los tratamientos psicofarmacológicos para tratar el TDAH comienzan a darse en el año 37, con lo cual no es algo reciente y existen muchos años de historia que dan seguridad al tratar esta patología. El tiempo ha permitido ver los puntos positivos y negativos de estos medicamentos, a la vez que ha dado la certeza de que son seguros y eficaces.
Los fármacos que se recetan para el TDAH ayudan a normalizar el funcionamiento de unos circuitos cerebrales que no tienen el funcionamiento correcto en las personas con esta enfermedad. En España existen 2 moléculas registradas, pero los fármacos cambian en cada país. El doctor Mariano Trillo, psiquiatra infanto-juvenil especialista en este trastorno y director médico de Avanza, centro de psiquiatría, psicología y aprendizaje de Barcelona, añade que los tratamientos no pasan solo por la farmacología, sino también por las terapias psicológicas y de conducta que ayuden a controlar los impulsos, la inquietud, la falta de paciencia... Las cifras cuantifican en un 80% el número de pacientes que consiguen controlar su enfermedad gracias al uso de los medicamentos específicos para su situación. También es necesario asesorar a los padres en cuanto a la enfermedad que sufren sus hijos, así como la rigurosidad a la hora de cumplir el tratamiento, un tema que también recae bajo la responsabilidad de los padres.

Todos estos aspectos recién mencionados son importantes para los logros del paciente. El apoyo para el aprendizaje escolar y la colaboración con el colegio también son de gran necesidad para obtener un mayor éxito terapéutico.


Hacer esquemas 2.

martes, 26 de octubre de 2010

Síntomas del autismo

LA LATERALIDAD

La lateralidad es el predominio funcional de un lado del cuerpo humano sobre el otro, determinado por la supremacía que un hemisferio cerebral ejerce sobre el otro.

La lateralización es el proceso por el que se desarrolla la lateralidad y es importante para el aprendizaje de la lecto-escritura y la completa madurez del lenguaje, la enseñanza de la p, d, b, q, exige el dominio de la lateralidad; si el niño no tiene conciencia de su lado
derecho o izquierdo jamás podrá proyectar al exterior su lateralidad, y se le dificultará la diferencia e identificación de estas letras. Consideremos además que la lectura y escritura son procesos que se cumplen de izquierda a derecha.


El dominar la lateralidad en el niño lo ayudará mucho a ubicarse con respecto a otros objetos. El no hacerlo podría repercutir en las dificultades de aprendizaje de algunas materias. Por ejemplo en el caso de las matemáticas se sabe que para sumar y restar varias cantidades se empieza de derecha a izquierda y si no ha trabajado su lateralidad le será difícil ubicarse frente al papel.

La lateralidad se consolida en la etapa escolar. Entre los 2 y 5 años observamos que las manos se utilizan para peinarse, asearse en el baño, poner un clavo, repartir un naipe, decir adiós, cruzar los brazos y manos, en estos dos casos la mano dominante va sobre la otra. En la edad escolar el niño debe haber alcanzado su lateralización y en función de su mano, pie, ojo y oído.




PARA IDENTIFICAR LA LATERALIDAD

Para
conocer la dominancia de la mano podemos pedir al niño/a que realice las siguientes actividades:

Dar cuerda un reloj.
Utilizar tijeras y escribir.
Para la dominancia de pie: saltar en un solo pie, patear la pelota.
Dominancia de ojo: mirar un agujero, telescopio.
Dominancia de oído: escuchar el tic-tac del reloj.

Analizaremos si se realizaron todas las actividades con miembros u órganos del lado derecho o izquierdo, entonces podemos saber si el niño es de dominancia definida. Si alternó derecha con izquierda se dirá que tiene “dominancia cruzada”.


 LOGRANDO LA LATERALIDAD

Para desarrollar la lateralidad se puede pedir al niño/a que ejecute lo siguiente:
Identificar la mitad derecha e izquierda en su propio cuerpo, en el de su compañero y en su imagen frente a un espejo.
Manipular, con su mano derecha, la mitad derecha de su cuerpo, iniciando en la cabeza, ojos, oreja, cuello y tronco.
Llevar diariamente una cinta de color en la muñeca de la mano derecha.
Señalar en su compañero, puesto de espaldas, partes de su lado derecho e izquierdo, esta misma actividad se realizará con el compañero puesto en frente.
Frente a un espejo grande y dividido en dos partes iguales con cinta adhesiva, señalar su lado derecho e izquierdo.
Hacer movimientos oculares de izquierda a derecha.
Ejercicios unilaterales: con la mano derecha topar su pie derecho.
Ejercicios simultáneos: con su mano izquierda topar su ojo derecho.
Ejercicios con el brazo izquierdo y derecho: arriba, lateral, derecha.
Lectura de carteles de imágenes: el niño debe identificar los dibujos del cartel, siempre de izquierda a derecha, esta misma actividad puede realizarse con colores.
Dictado de dibujos: la maestra pedirá dibujar figuras geométricas, controlando que el niño realice esto de izquierda a derecha.
Trazar de líneas horizontales, verticales y con cambios de dirección.
Hacer dibujos simultáneos: utilizando dos hojas de papel el niño hará círculos simultáneos en las dos hojas y con las dos manos.
Esta serie de ejercicios son pautas que para el maestro o padre de familia realice en el período preescolar, pero mucho juega la creatividad para encontrar otras alternativas. También se puede hacer uso de juegos y juguetes destinados a desarrollar la lateralidad de manera muy divertida como el set manos y pies.


Hacemos esquemas 1.

lunes, 25 de octubre de 2010

GESTO DE AMOR

Detectar la dislexia a tiempo ayuda al crecimiento de los niños.

Según la Asociación Brasileña de Dislexia (ABD), la dislexia es el disturbio o trastorno de aprendizaje en el área de la lectura, escritura y habla de mayor incidencia en las aulas. Investigaciones realizadas en varios países muestran que entre un 5% la un 17% de la población mundial es disléxica.

Se equivoca quien piensa que es resultado de la mala alfabetización, desatención, desmotivación, condición socio económica o baja inteligencia. La ABD afirma que es una condición hereditaria con alteraciones genéticas, presentando aún modificaciones en el patrón neurológico. Debe ser diagnosticada por un equipo multidisciplinar (psicólogo, fonoaudiólogo, psicopedagogo clínica y otros profesionales, si necesario).

Si el niño en edad escolar no fuera acompañado adecuadamente, los síntomas van a persistir al largo de la fase adulta, con posibles perjuicios emocionales, sociales y profesionales. Por eso, es importante estar atento a los posibles indicios del disturbio. Al detectarlos, acuda a la ayuda de profesionales que podrán hacer el diagnóstico correcto. Conozca las señales listadas por la ABD:

Antes de ingresar en el colegio:

1) Dispersión.
2) Débil desarrollo de la atención.
3) Atraso en el desarrollo del habla y del lenguaje.
4) Dificultad en aprender rimas y canciones.
5) Débil desarrollo de la coordinación motora.
6) Dificultad para armar rompecabezas.
7) Falta de interés por libros impresos.

Durante la edad escolar:

8) Dificultad en la lectura y escritura.
9) Pobre conocimiento de las rimas (sonidos iguales a finales de las palabras).
10) Desatención y dispersión.
11) Dificultad para copiar desde los libros y del tablero o pizarra.
12) Dificultad en la coordinación motora fina (dibujos, pintura) y o/gruesa (gimnasia, danza).
13) Desorganización general, con constantes atrasos en la entrega de trabajos escolares y pérdida de materiales.
14) Confusión entre izquierda y derecha.
15) Dificultad en buscar en mapas, diccionarios, listas telefónicas.
16) Vocabulario pobre, con sentencias cortas e inmaduras o largas y plazas.
17) Dificultad en la memoria de corto plazo (instrucciones, recados).
18) Dificultades en recordar secuencias (meses del año, alfabeto).
19) Dificultad en matemática y dibujo geométrico.
20) Dificultad en nombrar objetos y personas.

La lectura

domingo, 24 de octubre de 2010

Claves para distinguir la dislexia de la hiperactividad en menores.

La tendencia a tener conductas poco eficaces es propia de menores que tienen hiperactividad, pero no de menores con dislexia. Así se desprende de la tesis ‘Estudio comparativo de las funciones ejecutivas y de la atención sostenida en él TDAH y Dislexia’, que la alumna de la USC María del Carmen Ferreiro Vilasante defendió hace unos días en la Facultad de Psicología y que servirá de ayuda para diferenciar el diagnóstico de ambas patologías.

El objetivo principal de la tesis, dirigida por la directora de la Unidad de Atención Temperá de la USC María José Buceta Cancela, comparara diferentes aspectos de las funciones ejecutivas y de la atención sostenida en menores diagnosticados con dislexia frente a menores diagnosticados de Trastorno por Déficit de Atención por Hiperactividad (TDAH), tratando de identificar con eso la posible existencia de perfiles diferenciales.

Características comunes:                                    

Y es que, como explica la investigadora, durante la evaluación e intervención psicopedagógica de numerosos niños y niñas con diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención por Hiperactividad y con Trastorno de Lectura, observó que tienen síntomas o características comunes en diferentes áreas del desarrollo. Así, apreció dificultades para mantener la atención en las tareas, dificultades para adquirir una adecuada lectura y escritura, para llevar a cabo trabajos o actividades estructuradas, para planificar y alcanzar las metas propuestas, baja autoestima, interacciones sociales deficitarias …

Perseverancia en conductas poco eficaces:

Como consecuencia de estas alteraciones, añade María del Carmen Ferreiro, los menores tienen frecuentemente tendencia a postergar las tareas y a alternarlas sin finalizar, intereses fugaces, dificultad de focalización y sujeción de la atención, mayor sensibilidad a la distracción, dificultad para filtrar estímulos internos y externos, problemas de organización y jerarquización de prioridades, baja velocidad de procesamiento y deficiencia de memoria de trabajo y memoria prospectiva, lo que genera olvidos de responsabilidades y objetivos estipulados. “Como cabe esperar, estas características tenderán a dificultar, en gran medida, a aprendizaje”, indica a la investigadora.

Así, y según se desprende de la tesis, la tendencia a perseverar en conductas poco eficaces aparece asociada al trastorno por déficit de atención por hiperactividad pero no a la dislexia, constituyendo un elemento diferenciador entre ambos trastornos.

Préstame atencion

Me esfuerzo en clase

Autismo infantil


La importancia de una identificación temprana del autismo
Al igual que con cualquier niño con necesidades especiales, una identificación temprana es esencial para permitir realizar cualquier tipo de intervención. En el caso del Autismo, ésta debe darse antes de que la desviación o el retraso de los patrones normales del desarrollo hayan progresado demasiado. La Dra. Junnifer Humphrie nos ayudará a identificarlas.
 
Posibles síntomas en la primera infancia:
De acuerdo con el estudio de Gillberg et al. es posible reconocer el Autismo en la primera infancia. Los síntomas más comunes recogidos en un estudio de 28 niños fueron peculiaridades en la mirada fija, audición y juego.
Mirada fija
La evitación del contacto ocular suele estar incluido como una característica de los niños con Autismo. Este rasgo es menos importante que la mirada fija. Muchos niños en la primera infancia no parecen mirar a las personas y muchos no miran a los ojos, pero en el bebé con Autismo la mirada tiende a ser corta y "de reojo".
Audición
Las peculiaridades en la audición parecen ser especialmente significativas. Muchos niños con Autismo han sido tomados por sordos en el primer periodo de sus vidas. De hecho, una minoría tienen pérdidas auditivas, aunque puede que no respondan a su nombre o aparentemente no se inmuten ante cambios auditivos en el entorno. Niños con autismo parece que incluso ignoran aquellos sonidos fuertes que podrían alarmar a la mayoría de los niños. Esto puede estar relacionado con una falta de interés por lo que les rodea. Podría deberse a anormalidades en la percepción, ya que niños con Autismo pueden parecer especialmente sensibles a ciertos sonidos. Por ejemplo, un niño con Autismo puede desarrollar una fascinación por sonidos particulares tales como los hechos por la rotación de un juguete, o responder al sonido de un caramelo mientras se desenvuelve desde una distancia considerable. Otros sonidos pueden ser la causa de extrema angustia, tales como la sirena de la policía o el ladrido de un perro.
Desarrollo social y juego
En niños pequeños, el juego y la actividad social están estrechamente relacionados y es en esta esfera del desarrollo donde los padres notan que su hijo es diferente. Los bebes con autismo pueden mostrar falta de interés en aquellos tipos de juegos con los que mas disfrutan los niños de corta edad, como los que implican una interacción social con los padres.
La falta de la actividad de compartir parece ser significativa. En el estudio de Frith y Soares, 13 de 173 respuestas de padres con hijos con autismo indican la ausencia de interés, no tomar parte en juegos de bebes y no querer compartir actividades. Estas señales no fueron mencionadas en el grupo control de los padres de niños con desarrollo normal.
  
Valoración
La unidad de desarrollo infantil es la mejor encargada de hacerlo debido a la variedad de disciplinas que son requeridas y a que una valoración en equipo ha resultado ser más preciso en los diagnósticos. La valoración cuando se sospecha de Autismo supone que los padres provean de un repaso al historial familiar, al embarazo, al comportamiento del niño y de los progresos en el desarrollo. Un examen físico es necesario para determinar cualquier condición médica subyacente que contribuye así a las desviaciones o retrasos en los progresos esperados del desarrollo.
La valoración del desarrollo incluye las habilidades de motricidad fina y gruesa, el lenguaje (receptivo, expresivo y la verbalización), percepción sensorial, desarrollo social y emocional y del juego. La calidad del desarrollo es una característica importante de la valoración, por lo tanto la forma en que las habilidades son usadas es tan importante como su presencia.
Lo ideal es que los niños sean observados en su ambiente normal, en la casa o en la guardería. Las escalas de clasificación pueden ser muy útiles como instrumentos de filtrado, pero no se consideran apropiadas como herramientas de diagnóstico.
Es muy poco probable hacer un diagnóstico del Autismo con un examen básico, especialmente si el niño es muy pequeño. Una vigilancia del progreso y una valoración frecuente son esenciales para que sea posible hacerse una imagen completa.
Los bebés que parecen tener un desorden del desarrollo pueden recibir ayuda a sus necesidades particulares y controlar sus progresos. Los padres pueden ser apoyados y enseñados en cuales son las distintas formas específicas de ayudar a su hijo según cada esfera del desarrollo.

Aarón y Gittens recomendaron una temprana incorporación a la guardería o el jardín de infancia para dar al niño una valiosa experiencia social y oportunidades de aprendizaje, y hacer posible que las dificultades del niño sean más claras.


sábado, 23 de octubre de 2010

El Valor de una Sonrisa

¿Mi niño tiene TDAH?


Hiperactivo, falta de atención y dificultad para concentrarse.     La mayoría de los niños con TDAH tienen señas tanto de hiperactividad como de problemas de atención.  Sin embargo, algunos niños tan solo pueden tener señas de falta de atención. Este tipo de problema se solía llamar trastorno por déficit de atención, TDA. El TDA ahora se cree que es una forma de TDAH.     
Según la Academia Estadounidense de Médicos de Familia. algunas señales de comportamiento hiperactivo son las siguientes:     
• Inquietud y agitación casi constantes
• No sentarse en el mismo asiento durante mucho tiempo
• Correr o treparse a la hora o en el lugar equivocado
• Hablar demasiado
• Jugar haciendo mucho ruido siempre
• Siempre se está moviendo
• Responde a preguntas en el colegio sin esperar su turno
• Colarse en la fila o ser incapaz de esperar su turno en actividades
• Interrumpir a los demás

¿Cómo puedo saber si mi niño tiene TDAH?
Podría ayudarle hacerse algunas preguntas acerca del comportamiento de su niño. Este panfleto provee una lista de algunas de las preguntas que usted y el médico de su niño pueden discutir. De hecho, si usted ha hablado con su médico acerca del comportamiento de su niño su médico puede ya haberle hecho algunas de estas preguntas.

¿Hace cuánto que su niño ha sido muy activo?
Los niños hiperactivos con TDAH han tenido problemas con comportamiento hiperactivo e impulsivo desde antes de la edad de siete años. Las madres de los niños con TDAH inclusive recuerdan que su bebé era muy activo cuando estaba en el útero. Además, los padres de los niños con TDAH con frecuencia los describen como niños que fueron muy quisquillosos y difíciles de callar cuando eran bebés.

Señas de una falta de atención:
• Dificultad para seguir instrucciones
• No parecen prestarle atención a los padres o a los profesores
• No son capaces de concentrarse en actividades
• Frecuentemente pierden las cosas que necesitan en la casa o para el colegio
• No son capaces de poner atención a los detalles
• Parecen ser desorganizados
• No son capaces de planear con anterioridad efectivamente
• Ser olvidadizos
• Parecen ser muy distraídos

¿El comportamiento de su niño es un problema en varios entornos diferentes?
El TDAH es menos probable si su niño solo muestra problemas de comportamiento en la casa pero no en otros lugares tales como el colegio o el supermercado. Los problemas relacionados con el TDAH con frecuencia empeoran donde hay mayor actividad y ruido. Los niños con TDAH muestran algunas de las señas de hiperactividad en varios entornos diferentes; por ejemplo, en el salón de clase, en el lugar de juego y en la casa mirando la televisión. Los niños con TDAH con frecuencia pueden enfocarse con las actividades rápidas de los dibujos animados y de los juegos de video. Pero a pesar de que sus ojos están en la pantalla, están inquietos con los brazos y las piernas.

Cuándo su niño se está comportando mal, ¿parece como si él o ella estuviera en "otro mundo"?
Los niños con TDAH no pueden controlar al menos algunos de sus comportamientos hiperactivos e impulsivos. Sospeche de TDAH si su niño parece estar "en otro mundo" y no le responde cuando el se está trepando o se está portando mal de algún modo. En cambio, los niños que se portan mal a propósito, con frecuencia miran a ver cómo están reaccionando los adultos a su mal comportamiento.

¿Usted está más enojado o más frustrado con su niño?
Algunas veces es normal que los padres se enojen con sus niños, especialmente cuando se portan mal a propósito. La hiperactividad de los niños con TDAH es irritante, pero los padres pueden sentir que su niño simplemente no —a diferencia de que no quiere— se puede estar quieto o callado.

¿Su niño puede completar actividades o su casa está llena de juegos y de proyectos que él no terminó? Los niños con TDAH con frecuencia pierden interés en una actividad en cinco minutos, o inclusive en menos. Pasan de una actividad a otra, y a otra y a otra. Usted le puede pedir a su niño muchas veces que recoja los juguetes pero él o ella ni siquiera es capaz de concentrarse lo suficiente para hacer eso.

¿El haber disciplinado a su niño le ha servido?
Los padres de los niños con TDAH usualmente lo han "intentado todo"; desde ignorar el mal comportamiento de sus niños, hasta darles "tiempo-fuera", hasta darles palmadas y nada parece estar funcionando.

¿Qué debo hacer si pienso que mi niño tiene TDAH?
Hable con el médico de su niño. Un diagnóstico de TDAH puede hacerse solamente obteniendo información acerca del comportamiento de su niño de varias personas que conocen a su niño. Su médico le hará preguntas y querrá obtener información de los maestros de su niño o de cualquier persona que esté familiarizada con el comportamiento de su niño.
Su médico también le hará exámenes de la vista y de la audición si es que estos no se le han hecho recientemente. Su médico también puede tener formas o listas para chequear que usted y el maestro de su niño pueden completar. Esto le ayudará a usted y a su médico a comparar el comportamiento de su niño con el de otros niños.

Puede ser difícil para su médico saber si su niño tiene TDAH. Por esta razón, es posible que su médico quiera que usted vea a alguien, por ejemplo a un psicólogo ó psicopedagogo especializado en ayudar a niños con problemas de comportamiento. Muchos niños con TDAH no son hiperactivos en el consultorio del médico.

Sugerencias para EL CUIDADO DIARIO DE LOS HIJOS


 1. Empezar el día con una sonrisa y un beso o alguna
caricia, en lugar de tener un clima de tensión:
gritos, regaños, prisas, emergencias en los últimos
minutos. Las prisas antes de ir a la escuela crea
disgustos.

2. Retomar el horario que se tiene regularmente los
días de escuela: para descansar (levantarse y
acostarse), comer, actividades.

3. Establecer una rutina diaria que permita fomentar
hábitos básicos: aseo, orden, respeto,
responsabilidad, etc.

4. Asignar un lugar y horario para estudiar y hacer
tareas.

5. Contar con una caja que tenga material básico para
hacer las tareas: lápices, colores, goma de borrar,
pegamento, tijeras, regla, estuche geométrico, papel,
diccionario y libros de consulta.

6. Antes de acostarse, hay que dejar preparado todo lo
que se requiere para el día siguiente: ropa
(uniforme), mochila, la mesa puesta, tener pensado qué
se va a desayunar y, si es posible, dejar listo algo
ya.

7. Pararse con tiempo suficiente para arreglarse y
desayunar sentados. Es indispensable que los niños
hayan desayunado lo suficiente antes de ir a la
escuela.

8. Antes de acostarse hacer un sencillo ejercicio de
relajamiento.

9. Contar con una rutina que vaya preparando al niño a
dormir: bañarse, ponerse la pijama, merendar, ir
cerrando la casa y apagar las luces, escuchar un
cuento, rezar, un beso y taparlo, por ejemplo.

10. Disciplina: no tener miedo a corregir. Los padres
son la autoridad.

11. Reglas claras, centrándose más en lo que el niño
puede hacer que en la prohibición. Dar a conocer las
consecuencias si no se cumple.

12. Los puntos básicos de disciplina no son
negociables. Si ya se ha establecido que no se permite
determinada conducta, evitar hacer excepciones, pues
uno mismo está infringiendo sus propias reglas y
ocasiona confusión y da margen a la desobediencia.

13. Dar las indicaciones con exactitud y respeto,
pero con voz firme, viendo directamente a los ojos del
niño, en lugar de gritarle.

14. Tomar en cuenta que el juego del niño es
importante para él. Dar indicaciones que le permitan
terminar lo que está haciendo. “Por favor ve
terminando y arreglando tus cosas, pues en 10 minutos
salimos”.

15. Un error frecuente: “estoy de buenas, lo tolero o
permito; mi humor está alterado, regaño, castigo y me
enojo porque me desobedecen y no hacen lo que uno les
pide a la primera”.

16. Pedirle las cosas al niño con respeto y ser muy
claro cuándo se tiene que llevar a cabo. Si es de
inmediato, indicarlo en lugar de estar repitiendo la
orden varias veces: uno aviso, dos ejecución.

17. Reconocer el esfuerzo que hace el niño. Si no
logra el objetivo deseado, ayudarlo a que repita la
tarea las veces que sean necesarias hasta que lo
logre.

18. Evitar los golpes, insultos, gritos, empujones o
jalones. Los castigos deben tener la consecuencia
natural a la falta cometida.

19. Los premios deben ir más hacia la estima del niño
y el reconocimiento de su esfuerzo, que gratificarlo
con comida o con objetos.

20. La escuela es la ocupación de los niños y se debe
fomentar que cumplan con ella con responsabilidad.

21. Fijar una meta concreta y realista con el niño
todos los días. Esto le ayudará a darse cuenta de sus
logros y lo motivará a seguir progresando.

22. Evitar hacer comparaciones entre hermanos. Cada
niño es único y tiene sus propias cualidades y
deficiencias. Ayudarlo a que se compare consigo mismo
y se dé cuenta de su propio progreso.

23. Hacer por lo menos una comida en familia diario.
24. Fomentar la convivencia familiar lo más que se
pueda entre semana y dedicar los fines de semana a
hacer actividades que involucren a todos. Limitarse a
ver televisión, aunque estén todos juntos, no es
convivir si no aprovechan el programa para hacer
comentarios, reflexiones, etc.

25. Alentar más al niño en lugar de descalificarlo.
Fijarse en lo que ha logrado, por mínimo que sea e
invitarlo a que haga lo demás igual.

26. Ayudarlos a tomar decisiones: proponer dos o tres
opciones que le permitan libertad de elección al mismo
nivel. Si uno le dice: “pero yo prefiero que...”, ya
no lo está enseñando a elegir. Uno elige por él.

27. Cuando el niño está alterado, hay que ayudarlo a
que reconozca su sentimiento y decirle que uno
quisiera ser un mago pero hay que hacer lo que se
pide.

28. Actitud positiva ante la tarea. A veces ya desde
cómo se le pide que estudie implica una actitud
negativa a dicha actividad.

29. Si uno piensa que el niño no lo va a lograr, así
será. Si uno le enseña a dar pequeños pasos con base
en lo que va dominando, él logrará su meta.

30. No criticar a la autoridad: pareja, profesores,
abuelos, gobierno, etc. Cada vez que uno lo hace, se
descalifica a la autoridad en general.

31. Motivar para el éxito en lugar de utilizar la
amenaza o centrarse en el fracaso: “si no estudias, te
van a reprobar”.

32. Resalten los aciertos del niño, en lugar de poner
taches y recados con rojo constantemente. Si el niño
ve pocos resultados, cada vez trabajará menos. Si se
le reconoce que algo hizo bien, intentará mejorar.

33. Centrarse en la solución del problema: ¿qué puedo
hacer para que por lo menos pueda percibirlo de otra
manera?, en lugar del conflicto o contrariedad.

34. Recordar que todo lo que se hace por el niño, él
ya no lo va a intentar y, por lo tanto, tampoco lo
aprenderá.

35. Los niños deben tener tiempo para jugar de manera
que muevan su cuerpo, utilicen su imaginación y
desarrollen su creatividad. Entre más televisión vean,
menos oportunidades tendrán para pensar y hacer cosas

     

por María Teresa Alicia Silva y Ortiz

Psicopedagoga por la UNAM de México

viernes, 22 de octubre de 2010

Graffiti Commercial

Cómo bailar bajo la lluvia

Era una mañana agitada, eran las 8:30, cuando un señor de unos 80 años, llegó al hospital para que le quitaran los puntos de su pulgar. El señor dijo que estaba apurado y que tenía una cita a las 9:00 am. Comprobé sus señales vitales y le pedí que tomara asiento, sabiendo que quizás pasaría más de una hora antes de que alguien pudiera atenderlo. Lo ví mirando su reloj y decidí, que ya que no estaba ocupado con otro paciente, podría examinar su herida. Durante el examen, comprobé que estaba curado, entonces le pedí a uno de los doctores, algunos elementos para quitarle las suturas y curar su herida.
Mientras le realizaba la cura, le pregunté si tenía una cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado.
El señor me dijo que no, que necesitaba ir al geríatrico para desayunar con su esposa. Le pregunté sobre la salud de ella.
El me respondió que ella hacía tiempo que estaba allí, ya que padecía de Alzheimer.
Le pregunté, si ella se enfadaría si llegaba un poco tarde.
Me respondió que hacia tiempo que ella no sabía quien era él..., hacía cinco años que ya no podía reconocerlo.
Me sorprendió, y entonces le pregunté, ¿y usted sigue yendo cada mañana, aun cuando ella no sabe quien es usted?.
El sonrió y me acarició la mano.
'Ella no sabe quien soy, pero yo aún se quien es ella."

Para trabajar con orden y eficacia

jueves, 21 de octubre de 2010

La generosidad: Para el otro, lo mejor


Era un matrimonio pobre. Ella hilaba a la puerta de su choza pensando en su marido. Todo el que pasaba se quedaba prendado de la belleza de su cabello negro, largo como hebras brillantes salidas de su rueca. Él iba cada día al mercado con algunas frutas. A la sombra de un árbol, se sentaba a esperar, sujetando entre los dientes su pipa vacía. No llegaba el dinero para comprar un pellizco de tabaco. 

Se acercaba el día del aniversario de la boda y ella no cesaba de preguntarse qué podría regalar a su marido. Y, además, ¿con qué dinero? Una idea cruzó su mente. Sintió un escalofrío al pensarlo, pero, al decidirse, todo su cuerpo se estremeció de gozo; vendería su pelo para comprarle tabaco.
Ya imaginaba a su hombre en la plaza, sentado ante sus frutas, dando largas bocanadas a su pipa: aromas de incienso y de jazmín darían al dueño del puestecillo la solemnidad y prestigio de un verdadero comerciante.
Sólo obtuvo por su pelo unas cuantas monedas, pero eligió con cuidado el más fino estuche de tabaco. El perfume de hojas arrugadas compensaba largamente el sacrificio de su pelo. 

Al llegar la tarde, regresó el marido. Venía cantando por el camino. Traía en su mano un pequeño envoltorio: eran unos peines para su mujer, que acababa de comprar tras vender su vieja pipa… Abrazados, rieron hasta el amanecer.

El autismo ¿se cura?

El autismo es una discapacidad y no una enfermedad.

Esto significa que el autismo no puede curarse.
El autismo no puede curarse, pero eso no significa que no se pueda hacer nada.

Al igual que con otras discapacidades, las personas con autismo pueden aprender a sobrellevar sus dificultades y pueden ser ayudadas con:

·        Apoyo especial, recursos y ayudas, como agendas

·        Educación especial y entrenamiento, como escuelas especiales o entrenamiento de habilidades sociales

·        Asistencia y guía de profesionales, como psicólogos

·        Un entorno adaptado, como trabajos protegidos
Algunas cosas son más difíciles para las personas con autismo que para otras personas.

¡Pero también tienen talentos! Ser diferente de otras personas no es sólo un problema o una discapacidad. ¡Es mucho más que eso!

También me hace un poco especial y excepcional.