domingo, 24 de octubre de 2010

Claves para distinguir la dislexia de la hiperactividad en menores.

La tendencia a tener conductas poco eficaces es propia de menores que tienen hiperactividad, pero no de menores con dislexia. Así se desprende de la tesis ‘Estudio comparativo de las funciones ejecutivas y de la atención sostenida en él TDAH y Dislexia’, que la alumna de la USC María del Carmen Ferreiro Vilasante defendió hace unos días en la Facultad de Psicología y que servirá de ayuda para diferenciar el diagnóstico de ambas patologías.

El objetivo principal de la tesis, dirigida por la directora de la Unidad de Atención Temperá de la USC María José Buceta Cancela, comparara diferentes aspectos de las funciones ejecutivas y de la atención sostenida en menores diagnosticados con dislexia frente a menores diagnosticados de Trastorno por Déficit de Atención por Hiperactividad (TDAH), tratando de identificar con eso la posible existencia de perfiles diferenciales.

Características comunes:                                    

Y es que, como explica la investigadora, durante la evaluación e intervención psicopedagógica de numerosos niños y niñas con diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención por Hiperactividad y con Trastorno de Lectura, observó que tienen síntomas o características comunes en diferentes áreas del desarrollo. Así, apreció dificultades para mantener la atención en las tareas, dificultades para adquirir una adecuada lectura y escritura, para llevar a cabo trabajos o actividades estructuradas, para planificar y alcanzar las metas propuestas, baja autoestima, interacciones sociales deficitarias …

Perseverancia en conductas poco eficaces:

Como consecuencia de estas alteraciones, añade María del Carmen Ferreiro, los menores tienen frecuentemente tendencia a postergar las tareas y a alternarlas sin finalizar, intereses fugaces, dificultad de focalización y sujeción de la atención, mayor sensibilidad a la distracción, dificultad para filtrar estímulos internos y externos, problemas de organización y jerarquización de prioridades, baja velocidad de procesamiento y deficiencia de memoria de trabajo y memoria prospectiva, lo que genera olvidos de responsabilidades y objetivos estipulados. “Como cabe esperar, estas características tenderán a dificultar, en gran medida, a aprendizaje”, indica a la investigadora.

Así, y según se desprende de la tesis, la tendencia a perseverar en conductas poco eficaces aparece asociada al trastorno por déficit de atención por hiperactividad pero no a la dislexia, constituyendo un elemento diferenciador entre ambos trastornos.

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Autismo infantil


La importancia de una identificación temprana del autismo
Al igual que con cualquier niño con necesidades especiales, una identificación temprana es esencial para permitir realizar cualquier tipo de intervención. En el caso del Autismo, ésta debe darse antes de que la desviación o el retraso de los patrones normales del desarrollo hayan progresado demasiado. La Dra. Junnifer Humphrie nos ayudará a identificarlas.
 
Posibles síntomas en la primera infancia:
De acuerdo con el estudio de Gillberg et al. es posible reconocer el Autismo en la primera infancia. Los síntomas más comunes recogidos en un estudio de 28 niños fueron peculiaridades en la mirada fija, audición y juego.
Mirada fija
La evitación del contacto ocular suele estar incluido como una característica de los niños con Autismo. Este rasgo es menos importante que la mirada fija. Muchos niños en la primera infancia no parecen mirar a las personas y muchos no miran a los ojos, pero en el bebé con Autismo la mirada tiende a ser corta y "de reojo".
Audición
Las peculiaridades en la audición parecen ser especialmente significativas. Muchos niños con Autismo han sido tomados por sordos en el primer periodo de sus vidas. De hecho, una minoría tienen pérdidas auditivas, aunque puede que no respondan a su nombre o aparentemente no se inmuten ante cambios auditivos en el entorno. Niños con autismo parece que incluso ignoran aquellos sonidos fuertes que podrían alarmar a la mayoría de los niños. Esto puede estar relacionado con una falta de interés por lo que les rodea. Podría deberse a anormalidades en la percepción, ya que niños con Autismo pueden parecer especialmente sensibles a ciertos sonidos. Por ejemplo, un niño con Autismo puede desarrollar una fascinación por sonidos particulares tales como los hechos por la rotación de un juguete, o responder al sonido de un caramelo mientras se desenvuelve desde una distancia considerable. Otros sonidos pueden ser la causa de extrema angustia, tales como la sirena de la policía o el ladrido de un perro.
Desarrollo social y juego
En niños pequeños, el juego y la actividad social están estrechamente relacionados y es en esta esfera del desarrollo donde los padres notan que su hijo es diferente. Los bebes con autismo pueden mostrar falta de interés en aquellos tipos de juegos con los que mas disfrutan los niños de corta edad, como los que implican una interacción social con los padres.
La falta de la actividad de compartir parece ser significativa. En el estudio de Frith y Soares, 13 de 173 respuestas de padres con hijos con autismo indican la ausencia de interés, no tomar parte en juegos de bebes y no querer compartir actividades. Estas señales no fueron mencionadas en el grupo control de los padres de niños con desarrollo normal.
  
Valoración
La unidad de desarrollo infantil es la mejor encargada de hacerlo debido a la variedad de disciplinas que son requeridas y a que una valoración en equipo ha resultado ser más preciso en los diagnósticos. La valoración cuando se sospecha de Autismo supone que los padres provean de un repaso al historial familiar, al embarazo, al comportamiento del niño y de los progresos en el desarrollo. Un examen físico es necesario para determinar cualquier condición médica subyacente que contribuye así a las desviaciones o retrasos en los progresos esperados del desarrollo.
La valoración del desarrollo incluye las habilidades de motricidad fina y gruesa, el lenguaje (receptivo, expresivo y la verbalización), percepción sensorial, desarrollo social y emocional y del juego. La calidad del desarrollo es una característica importante de la valoración, por lo tanto la forma en que las habilidades son usadas es tan importante como su presencia.
Lo ideal es que los niños sean observados en su ambiente normal, en la casa o en la guardería. Las escalas de clasificación pueden ser muy útiles como instrumentos de filtrado, pero no se consideran apropiadas como herramientas de diagnóstico.
Es muy poco probable hacer un diagnóstico del Autismo con un examen básico, especialmente si el niño es muy pequeño. Una vigilancia del progreso y una valoración frecuente son esenciales para que sea posible hacerse una imagen completa.
Los bebés que parecen tener un desorden del desarrollo pueden recibir ayuda a sus necesidades particulares y controlar sus progresos. Los padres pueden ser apoyados y enseñados en cuales son las distintas formas específicas de ayudar a su hijo según cada esfera del desarrollo.

Aarón y Gittens recomendaron una temprana incorporación a la guardería o el jardín de infancia para dar al niño una valiosa experiencia social y oportunidades de aprendizaje, y hacer posible que las dificultades del niño sean más claras.