sábado, 23 de octubre de 2010

El Valor de una Sonrisa

¿Mi niño tiene TDAH?


Hiperactivo, falta de atención y dificultad para concentrarse.     La mayoría de los niños con TDAH tienen señas tanto de hiperactividad como de problemas de atención.  Sin embargo, algunos niños tan solo pueden tener señas de falta de atención. Este tipo de problema se solía llamar trastorno por déficit de atención, TDA. El TDA ahora se cree que es una forma de TDAH.     
Según la Academia Estadounidense de Médicos de Familia. algunas señales de comportamiento hiperactivo son las siguientes:     
• Inquietud y agitación casi constantes
• No sentarse en el mismo asiento durante mucho tiempo
• Correr o treparse a la hora o en el lugar equivocado
• Hablar demasiado
• Jugar haciendo mucho ruido siempre
• Siempre se está moviendo
• Responde a preguntas en el colegio sin esperar su turno
• Colarse en la fila o ser incapaz de esperar su turno en actividades
• Interrumpir a los demás

¿Cómo puedo saber si mi niño tiene TDAH?
Podría ayudarle hacerse algunas preguntas acerca del comportamiento de su niño. Este panfleto provee una lista de algunas de las preguntas que usted y el médico de su niño pueden discutir. De hecho, si usted ha hablado con su médico acerca del comportamiento de su niño su médico puede ya haberle hecho algunas de estas preguntas.

¿Hace cuánto que su niño ha sido muy activo?
Los niños hiperactivos con TDAH han tenido problemas con comportamiento hiperactivo e impulsivo desde antes de la edad de siete años. Las madres de los niños con TDAH inclusive recuerdan que su bebé era muy activo cuando estaba en el útero. Además, los padres de los niños con TDAH con frecuencia los describen como niños que fueron muy quisquillosos y difíciles de callar cuando eran bebés.

Señas de una falta de atención:
• Dificultad para seguir instrucciones
• No parecen prestarle atención a los padres o a los profesores
• No son capaces de concentrarse en actividades
• Frecuentemente pierden las cosas que necesitan en la casa o para el colegio
• No son capaces de poner atención a los detalles
• Parecen ser desorganizados
• No son capaces de planear con anterioridad efectivamente
• Ser olvidadizos
• Parecen ser muy distraídos

¿El comportamiento de su niño es un problema en varios entornos diferentes?
El TDAH es menos probable si su niño solo muestra problemas de comportamiento en la casa pero no en otros lugares tales como el colegio o el supermercado. Los problemas relacionados con el TDAH con frecuencia empeoran donde hay mayor actividad y ruido. Los niños con TDAH muestran algunas de las señas de hiperactividad en varios entornos diferentes; por ejemplo, en el salón de clase, en el lugar de juego y en la casa mirando la televisión. Los niños con TDAH con frecuencia pueden enfocarse con las actividades rápidas de los dibujos animados y de los juegos de video. Pero a pesar de que sus ojos están en la pantalla, están inquietos con los brazos y las piernas.

Cuándo su niño se está comportando mal, ¿parece como si él o ella estuviera en "otro mundo"?
Los niños con TDAH no pueden controlar al menos algunos de sus comportamientos hiperactivos e impulsivos. Sospeche de TDAH si su niño parece estar "en otro mundo" y no le responde cuando el se está trepando o se está portando mal de algún modo. En cambio, los niños que se portan mal a propósito, con frecuencia miran a ver cómo están reaccionando los adultos a su mal comportamiento.

¿Usted está más enojado o más frustrado con su niño?
Algunas veces es normal que los padres se enojen con sus niños, especialmente cuando se portan mal a propósito. La hiperactividad de los niños con TDAH es irritante, pero los padres pueden sentir que su niño simplemente no —a diferencia de que no quiere— se puede estar quieto o callado.

¿Su niño puede completar actividades o su casa está llena de juegos y de proyectos que él no terminó? Los niños con TDAH con frecuencia pierden interés en una actividad en cinco minutos, o inclusive en menos. Pasan de una actividad a otra, y a otra y a otra. Usted le puede pedir a su niño muchas veces que recoja los juguetes pero él o ella ni siquiera es capaz de concentrarse lo suficiente para hacer eso.

¿El haber disciplinado a su niño le ha servido?
Los padres de los niños con TDAH usualmente lo han "intentado todo"; desde ignorar el mal comportamiento de sus niños, hasta darles "tiempo-fuera", hasta darles palmadas y nada parece estar funcionando.

¿Qué debo hacer si pienso que mi niño tiene TDAH?
Hable con el médico de su niño. Un diagnóstico de TDAH puede hacerse solamente obteniendo información acerca del comportamiento de su niño de varias personas que conocen a su niño. Su médico le hará preguntas y querrá obtener información de los maestros de su niño o de cualquier persona que esté familiarizada con el comportamiento de su niño.
Su médico también le hará exámenes de la vista y de la audición si es que estos no se le han hecho recientemente. Su médico también puede tener formas o listas para chequear que usted y el maestro de su niño pueden completar. Esto le ayudará a usted y a su médico a comparar el comportamiento de su niño con el de otros niños.

Puede ser difícil para su médico saber si su niño tiene TDAH. Por esta razón, es posible que su médico quiera que usted vea a alguien, por ejemplo a un psicólogo ó psicopedagogo especializado en ayudar a niños con problemas de comportamiento. Muchos niños con TDAH no son hiperactivos en el consultorio del médico.

Sugerencias para EL CUIDADO DIARIO DE LOS HIJOS


 1. Empezar el día con una sonrisa y un beso o alguna
caricia, en lugar de tener un clima de tensión:
gritos, regaños, prisas, emergencias en los últimos
minutos. Las prisas antes de ir a la escuela crea
disgustos.

2. Retomar el horario que se tiene regularmente los
días de escuela: para descansar (levantarse y
acostarse), comer, actividades.

3. Establecer una rutina diaria que permita fomentar
hábitos básicos: aseo, orden, respeto,
responsabilidad, etc.

4. Asignar un lugar y horario para estudiar y hacer
tareas.

5. Contar con una caja que tenga material básico para
hacer las tareas: lápices, colores, goma de borrar,
pegamento, tijeras, regla, estuche geométrico, papel,
diccionario y libros de consulta.

6. Antes de acostarse, hay que dejar preparado todo lo
que se requiere para el día siguiente: ropa
(uniforme), mochila, la mesa puesta, tener pensado qué
se va a desayunar y, si es posible, dejar listo algo
ya.

7. Pararse con tiempo suficiente para arreglarse y
desayunar sentados. Es indispensable que los niños
hayan desayunado lo suficiente antes de ir a la
escuela.

8. Antes de acostarse hacer un sencillo ejercicio de
relajamiento.

9. Contar con una rutina que vaya preparando al niño a
dormir: bañarse, ponerse la pijama, merendar, ir
cerrando la casa y apagar las luces, escuchar un
cuento, rezar, un beso y taparlo, por ejemplo.

10. Disciplina: no tener miedo a corregir. Los padres
son la autoridad.

11. Reglas claras, centrándose más en lo que el niño
puede hacer que en la prohibición. Dar a conocer las
consecuencias si no se cumple.

12. Los puntos básicos de disciplina no son
negociables. Si ya se ha establecido que no se permite
determinada conducta, evitar hacer excepciones, pues
uno mismo está infringiendo sus propias reglas y
ocasiona confusión y da margen a la desobediencia.

13. Dar las indicaciones con exactitud y respeto,
pero con voz firme, viendo directamente a los ojos del
niño, en lugar de gritarle.

14. Tomar en cuenta que el juego del niño es
importante para él. Dar indicaciones que le permitan
terminar lo que está haciendo. “Por favor ve
terminando y arreglando tus cosas, pues en 10 minutos
salimos”.

15. Un error frecuente: “estoy de buenas, lo tolero o
permito; mi humor está alterado, regaño, castigo y me
enojo porque me desobedecen y no hacen lo que uno les
pide a la primera”.

16. Pedirle las cosas al niño con respeto y ser muy
claro cuándo se tiene que llevar a cabo. Si es de
inmediato, indicarlo en lugar de estar repitiendo la
orden varias veces: uno aviso, dos ejecución.

17. Reconocer el esfuerzo que hace el niño. Si no
logra el objetivo deseado, ayudarlo a que repita la
tarea las veces que sean necesarias hasta que lo
logre.

18. Evitar los golpes, insultos, gritos, empujones o
jalones. Los castigos deben tener la consecuencia
natural a la falta cometida.

19. Los premios deben ir más hacia la estima del niño
y el reconocimiento de su esfuerzo, que gratificarlo
con comida o con objetos.

20. La escuela es la ocupación de los niños y se debe
fomentar que cumplan con ella con responsabilidad.

21. Fijar una meta concreta y realista con el niño
todos los días. Esto le ayudará a darse cuenta de sus
logros y lo motivará a seguir progresando.

22. Evitar hacer comparaciones entre hermanos. Cada
niño es único y tiene sus propias cualidades y
deficiencias. Ayudarlo a que se compare consigo mismo
y se dé cuenta de su propio progreso.

23. Hacer por lo menos una comida en familia diario.
24. Fomentar la convivencia familiar lo más que se
pueda entre semana y dedicar los fines de semana a
hacer actividades que involucren a todos. Limitarse a
ver televisión, aunque estén todos juntos, no es
convivir si no aprovechan el programa para hacer
comentarios, reflexiones, etc.

25. Alentar más al niño en lugar de descalificarlo.
Fijarse en lo que ha logrado, por mínimo que sea e
invitarlo a que haga lo demás igual.

26. Ayudarlos a tomar decisiones: proponer dos o tres
opciones que le permitan libertad de elección al mismo
nivel. Si uno le dice: “pero yo prefiero que...”, ya
no lo está enseñando a elegir. Uno elige por él.

27. Cuando el niño está alterado, hay que ayudarlo a
que reconozca su sentimiento y decirle que uno
quisiera ser un mago pero hay que hacer lo que se
pide.

28. Actitud positiva ante la tarea. A veces ya desde
cómo se le pide que estudie implica una actitud
negativa a dicha actividad.

29. Si uno piensa que el niño no lo va a lograr, así
será. Si uno le enseña a dar pequeños pasos con base
en lo que va dominando, él logrará su meta.

30. No criticar a la autoridad: pareja, profesores,
abuelos, gobierno, etc. Cada vez que uno lo hace, se
descalifica a la autoridad en general.

31. Motivar para el éxito en lugar de utilizar la
amenaza o centrarse en el fracaso: “si no estudias, te
van a reprobar”.

32. Resalten los aciertos del niño, en lugar de poner
taches y recados con rojo constantemente. Si el niño
ve pocos resultados, cada vez trabajará menos. Si se
le reconoce que algo hizo bien, intentará mejorar.

33. Centrarse en la solución del problema: ¿qué puedo
hacer para que por lo menos pueda percibirlo de otra
manera?, en lugar del conflicto o contrariedad.

34. Recordar que todo lo que se hace por el niño, él
ya no lo va a intentar y, por lo tanto, tampoco lo
aprenderá.

35. Los niños deben tener tiempo para jugar de manera
que muevan su cuerpo, utilicen su imaginación y
desarrollen su creatividad. Entre más televisión vean,
menos oportunidades tendrán para pensar y hacer cosas

     

por María Teresa Alicia Silva y Ortiz

Psicopedagoga por la UNAM de México