El apoyo de los demás es esencial, pero aún lo es más el creer en uno mismo.
Entradas populares
miércoles, 3 de noviembre de 2010
lunes, 1 de noviembre de 2010
miércoles, 27 de octubre de 2010
TDAH Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, diagnóstico y tratamiento
El TDAH es un trastorno psiquiátrico que afecta en mayor medida a los niños, aunque también se producen casos en adolescentes y adultos. Este trastorno de déficit de atención puede ir ligado a hiperactividad, con lo que el cuadro del paciente aún se agrava más. Los datos indican que uno de cada tres niños suele tener problemas de conducta y de personalidad al llegar a la adolescencia, y en muchas ocasiones esas alteraciones obedecen al TDAH. Por este motivo es tan importante efectuar un diagnóstico precoz, para así poder reducir en la mitad los problemas psiquiátricos que la persona tendrá al llegar a la edad adulta.
Cómo Comienza el TDAH
El tipo de trastorno que presenta el TDAH comienza en la infancia y afecta de modo particular a los niños con una inquietud excesiva, dificultades de atención y de concentración, falta de control ante los impulsos... Estas alteraciones de comportamiento repercuten en las relaciones sociales, escolares, familiares y, ya en la edad adulta, hasta en las laborales.
En el caso de las personas adultas con TDAH, éstas se vuelven inseguras porque en el pasado siempre han tenido dificultades y no han conseguido alcanzar ninguno de los objetivos que les han marcado.
Afectación Escolar del Niño con TDAH
El niño maleducado es aquel que hace gamberradas en clase a propósito, con pleno deseo de llevarlas a cabo y siendo consciente en todo momento de lo que hace. Por tanto, es libre de hacerlas o no, tiene control sobre su conducta. Sin embargo, el niño con TDAH se muestra alterado sin pretenderlo, no tiene capacidad de controlarse y llama la atención por una conducta que por sí solo no puede evitar. Por eso muchas veces el motivo de consulta es el fracaso escolar, sacar malas notas e incluso tener que repetir curso. Sucede frecuentemente que los niños con TDAH ya han repetido un curso antes de llegar a los 11 años,algo que no viene dado por falta de inteligencia, sino por su enfermedad. Las dificultades de atención y de concentración no permiten que su memoria funcione de forma correcta. Los tratamientos con fármacos pueden ayudar a mantener un buen manejo en este aspecto, ya que hacen sentir al niño más equilibrado.
Repercusiones Familiares del TDAH
Como hemos comentado, los niños con TDAH tienden a padecer más problemas emocionales que el resto, y sufren de manera más acusada, por ejemplo, una separación de los padres. Lo que también hay que valorar es que muchas veces estas separaciones se producen precisamente por la enfermedad del hijo. Otros conflictos conyugales que podrían resolverse sin llegar al divorcio, se agravan con la patología de su hijo,que no hace más que alterar la vida familiar y provocar estrés a las personas con las que convive. Cuando se produce una separación,la situación de desconcierto que experimenta el niño es enorme, se siente perdido.
Todos estos aspectos recién mencionados son importantes para los logros del paciente. El apoyo para el aprendizaje escolar y la colaboración con el colegio también son de gran necesidad para obtener un mayor éxito terapéutico.
Cómo Comienza el TDAH
El tipo de trastorno que presenta el TDAH comienza en la infancia y afecta de modo particular a los niños con una inquietud excesiva, dificultades de atención y de concentración, falta de control ante los impulsos... Estas alteraciones de comportamiento repercuten en las relaciones sociales, escolares, familiares y, ya en la edad adulta, hasta en las laborales.
El Diagnóstico, ¿Resulta Sencillo?
El diagnóstico de TDAH se establece a día de hoy desde la clínica, aunque en realidad no existe una prueba médica que sea 100% eficaz y definitiva en detectar esta enfermedad. Las pruebas complementarias que se llevan a cabo, como los tests psicológicos, son de gran ayuda a la hora de valorar al paciente. La figura del pediatra cobra gran importancia a la hora de detectar el TDAH. En las evaluaciones anuales que realiza puede asociar los problemas de manejo de conducta o el fracaso escolar del pequeño con este tipo de trastorno psiquiátrico.
Parámetros Para un Buen Diagnóstico
En todos los casos de TDAH es fundamental que se realice un buen diagnóstico y que éste sea de carácter riguroso. Los tres parámetros que deben servir de guía a los especialistas son la inquietud del niño, su impulsividad y las dificultades de concentración que tenga. Si estos tres aspectos son tan intensos que repercuten en la vida diaria del pequeño, en la escuela, las relaciones con otros niños y en casa, seguramente estaremos ante un caso de TDAH.
El Peligro del Infradiagnóstico
A día de hoy se siguen produciendo infradiagnósticos en el TDAH. Lo cierto es que todos los niños presentan alteraciones en su comportamiento y despistes. El problema viene dado cuando estos síntomas se convierten en disfuncionales y alteran por completo el curso evolutivo del chiquillo.
Los infradiagnósticos constituyen una fuente de riesgo para el paciente, ya que si el problema no se empieza a tratar de forma temprana, a medida que pase el tiempo las dificultades aumentarán.
El diagnóstico de TDAH se establece a día de hoy desde la clínica, aunque en realidad no existe una prueba médica que sea 100% eficaz y definitiva en detectar esta enfermedad. Las pruebas complementarias que se llevan a cabo, como los tests psicológicos, son de gran ayuda a la hora de valorar al paciente. La figura del pediatra cobra gran importancia a la hora de detectar el TDAH. En las evaluaciones anuales que realiza puede asociar los problemas de manejo de conducta o el fracaso escolar del pequeño con este tipo de trastorno psiquiátrico.
Parámetros Para un Buen Diagnóstico
En todos los casos de TDAH es fundamental que se realice un buen diagnóstico y que éste sea de carácter riguroso. Los tres parámetros que deben servir de guía a los especialistas son la inquietud del niño, su impulsividad y las dificultades de concentración que tenga. Si estos tres aspectos son tan intensos que repercuten en la vida diaria del pequeño, en la escuela, las relaciones con otros niños y en casa, seguramente estaremos ante un caso de TDAH.
El Peligro del Infradiagnóstico
A día de hoy se siguen produciendo infradiagnósticos en el TDAH. Lo cierto es que todos los niños presentan alteraciones en su comportamiento y despistes. El problema viene dado cuando estos síntomas se convierten en disfuncionales y alteran por completo el curso evolutivo del chiquillo.
Los infradiagnósticos constituyen una fuente de riesgo para el paciente, ya que si el problema no se empieza a tratar de forma temprana, a medida que pase el tiempo las dificultades aumentarán.
El Niño con TDAH sufre
Hay que tener en cuenta que el niño hiperactivo, al no saber escuchar, ni esperar, al ser impulsivo e imprevisible, incomoda mucho a los profesores y compañeros de clase. En casa molesta a los padres, incluso al resto de niños ya que su comportamiento no le permite seguir las reglas de los juegos que siguen los demás niños. Así pues, se unen un conjunto de factores que provocan angustias, ansiedad, y que hacen que los niños con TDAH se depriman. Las cifras revelan que un 30% de los niños con TDAH tiene ansiedad, mientras que un 15% llega a sufrir depresión. En el caso de las personas adultas con TDAH, éstas se vuelven inseguras porque en el pasado siempre han tenido dificultades y no han conseguido alcanzar ninguno de los objetivos que les han marcado.
Afectación Escolar del Niño con TDAH
El niño maleducado es aquel que hace gamberradas en clase a propósito, con pleno deseo de llevarlas a cabo y siendo consciente en todo momento de lo que hace. Por tanto, es libre de hacerlas o no, tiene control sobre su conducta. Sin embargo, el niño con TDAH se muestra alterado sin pretenderlo, no tiene capacidad de controlarse y llama la atención por una conducta que por sí solo no puede evitar. Por eso muchas veces el motivo de consulta es el fracaso escolar, sacar malas notas e incluso tener que repetir curso. Sucede frecuentemente que los niños con TDAH ya han repetido un curso antes de llegar a los 11 años,algo que no viene dado por falta de inteligencia, sino por su enfermedad. Las dificultades de atención y de concentración no permiten que su memoria funcione de forma correcta. Los tratamientos con fármacos pueden ayudar a mantener un buen manejo en este aspecto, ya que hacen sentir al niño más equilibrado.
Repercusiones Familiares del TDAH
Como hemos comentado, los niños con TDAH tienden a padecer más problemas emocionales que el resto, y sufren de manera más acusada, por ejemplo, una separación de los padres. Lo que también hay que valorar es que muchas veces estas separaciones se producen precisamente por la enfermedad del hijo. Otros conflictos conyugales que podrían resolverse sin llegar al divorcio, se agravan con la patología de su hijo,que no hace más que alterar la vida familiar y provocar estrés a las personas con las que convive. Cuando se produce una separación,la situación de desconcierto que experimenta el niño es enorme, se siente perdido.
Tratamientos Para el TDAH
Muchas personas son reticentes a dar fármacos a los niños pequeños. Si embargo, los tratamientos psicofarmacológicos para tratar el TDAH comienzan a darse en el año 37, con lo cual no es algo reciente y existen muchos años de historia que dan seguridad al tratar esta patología. El tiempo ha permitido ver los puntos positivos y negativos de estos medicamentos, a la vez que ha dado la certeza de que son seguros y eficaces.
Los fármacos que se recetan para el TDAH ayudan a normalizar el funcionamiento de unos circuitos cerebrales que no tienen el funcionamiento correcto en las personas con esta enfermedad. En España existen 2 moléculas registradas, pero los fármacos cambian en cada país. El doctor Mariano Trillo, psiquiatra infanto-juvenil especialista en este trastorno y director médico de Avanza, centro de psiquiatría, psicología y aprendizaje de Barcelona, añade que los tratamientos no pasan solo por la farmacología, sino también por las terapias psicológicas y de conducta que ayuden a controlar los impulsos, la inquietud, la falta de paciencia... Las cifras cuantifican en un 80% el número de pacientes que consiguen controlar su enfermedad gracias al uso de los medicamentos específicos para su situación. También es necesario asesorar a los padres en cuanto a la enfermedad que sufren sus hijos, así como la rigurosidad a la hora de cumplir el tratamiento, un tema que también recae bajo la responsabilidad de los padres.
Los fármacos que se recetan para el TDAH ayudan a normalizar el funcionamiento de unos circuitos cerebrales que no tienen el funcionamiento correcto en las personas con esta enfermedad. En España existen 2 moléculas registradas, pero los fármacos cambian en cada país. El doctor Mariano Trillo, psiquiatra infanto-juvenil especialista en este trastorno y director médico de Avanza, centro de psiquiatría, psicología y aprendizaje de Barcelona, añade que los tratamientos no pasan solo por la farmacología, sino también por las terapias psicológicas y de conducta que ayuden a controlar los impulsos, la inquietud, la falta de paciencia... Las cifras cuantifican en un 80% el número de pacientes que consiguen controlar su enfermedad gracias al uso de los medicamentos específicos para su situación. También es necesario asesorar a los padres en cuanto a la enfermedad que sufren sus hijos, así como la rigurosidad a la hora de cumplir el tratamiento, un tema que también recae bajo la responsabilidad de los padres.
Todos estos aspectos recién mencionados son importantes para los logros del paciente. El apoyo para el aprendizaje escolar y la colaboración con el colegio también son de gran necesidad para obtener un mayor éxito terapéutico.
martes, 26 de octubre de 2010
LA LATERALIDAD
La lateralidad es el predominio funcional de un lado del cuerpo humano sobre el otro, determinado por la supremacía que un hemisferio cerebral ejerce sobre el otro.
La lateralización es el proceso por el que se desarrolla la lateralidad y es importante para el aprendizaje de la lecto-escritura y la completa madurez del lenguaje, la enseñanza de la p, d, b, q, exige el dominio de la lateralidad; si el niño no tiene conciencia de su lado derecho o izquierdo jamás podrá proyectar al exterior su lateralidad, y se le dificultará la diferencia e identificación de estas letras. Consideremos además que la lectura y escritura son procesos que se cumplen de izquierda a derecha.
El dominar la lateralidad en el niño lo ayudará mucho a ubicarse con respecto a otros objetos. El no hacerlo podría repercutir en las dificultades de aprendizaje de algunas materias. Por ejemplo en el caso de las matemáticas se sabe que para sumar y restar varias cantidades se empieza de derecha a izquierda y si no ha trabajado su lateralidad le será difícil ubicarse frente al papel.
La lateralidad se consolida en la etapa escolar. Entre los 2 y 5 años observamos que las manos se utilizan para peinarse, asearse en el baño, poner un clavo, repartir un naipe, decir adiós, cruzar los brazos y manos, en estos dos casos la mano dominante va sobre la otra. En la edad escolar el niño debe haber alcanzado su lateralización y en función de su mano, pie, ojo y oído.
PARA IDENTIFICAR LA LATERALIDAD
Para conocer la dominancia de la mano podemos pedir al niño/a que realice las siguientes actividades:
Dar cuerda un reloj.
Utilizar tijeras y escribir.
Para la dominancia de pie: saltar en un solo pie, patear la pelota.
Dominancia de ojo: mirar un agujero, telescopio.
Dominancia de oído: escuchar el tic-tac del reloj.
Analizaremos si se realizaron todas las actividades con miembros u órganos del lado derecho o izquierdo, entonces podemos saber si el niño es de dominancia definida. Si alternó derecha con izquierda se dirá que tiene “dominancia cruzada”.
La lateralización es el proceso por el que se desarrolla la lateralidad y es importante para el aprendizaje de la lecto-escritura y la completa madurez del lenguaje, la enseñanza de la p, d, b, q, exige el dominio de la lateralidad; si el niño no tiene conciencia de su lado derecho o izquierdo jamás podrá proyectar al exterior su lateralidad, y se le dificultará la diferencia e identificación de estas letras. Consideremos además que la lectura y escritura son procesos que se cumplen de izquierda a derecha.
El dominar la lateralidad en el niño lo ayudará mucho a ubicarse con respecto a otros objetos. El no hacerlo podría repercutir en las dificultades de aprendizaje de algunas materias. Por ejemplo en el caso de las matemáticas se sabe que para sumar y restar varias cantidades se empieza de derecha a izquierda y si no ha trabajado su lateralidad le será difícil ubicarse frente al papel.
La lateralidad se consolida en la etapa escolar. Entre los 2 y 5 años observamos que las manos se utilizan para peinarse, asearse en el baño, poner un clavo, repartir un naipe, decir adiós, cruzar los brazos y manos, en estos dos casos la mano dominante va sobre la otra. En la edad escolar el niño debe haber alcanzado su lateralización y en función de su mano, pie, ojo y oído.
PARA IDENTIFICAR LA LATERALIDAD
Para conocer la dominancia de la mano podemos pedir al niño/a que realice las siguientes actividades:
Dar cuerda un reloj.
Utilizar tijeras y escribir.
Para la dominancia de pie: saltar en un solo pie, patear la pelota.
Dominancia de ojo: mirar un agujero, telescopio.
Dominancia de oído: escuchar el tic-tac del reloj.
Analizaremos si se realizaron todas las actividades con miembros u órganos del lado derecho o izquierdo, entonces podemos saber si el niño es de dominancia definida. Si alternó derecha con izquierda se dirá que tiene “dominancia cruzada”.
LOGRANDO LA LATERALIDAD
Para desarrollar la lateralidad se puede pedir al niño/a que ejecute lo siguiente:
Identificar la mitad derecha e izquierda en su propio cuerpo, en el de su compañero y en su imagen frente a un espejo.
Manipular, con su mano derecha, la mitad derecha de su cuerpo, iniciando en la cabeza, ojos, oreja, cuello y tronco.
Llevar diariamente una cinta de color en la muñeca de la mano derecha.
Señalar en su compañero, puesto de espaldas, partes de su lado derecho e izquierdo, esta misma actividad se realizará con el compañero puesto en frente.
Frente a un espejo grande y dividido en dos partes iguales con cinta adhesiva, señalar su lado derecho e izquierdo.
Hacer movimientos oculares de izquierda a derecha.
Ejercicios unilaterales: con la mano derecha topar su pie derecho.
Ejercicios simultáneos: con su mano izquierda topar su ojo derecho.
Ejercicios con el brazo izquierdo y derecho: arriba, lateral, derecha.
Lectura de carteles de imágenes: el niño debe identificar los dibujos del cartel, siempre de izquierda a derecha, esta misma actividad puede realizarse con colores.
Dictado de dibujos: la maestra pedirá dibujar figuras geométricas, controlando que el niño realice esto de izquierda a derecha.
Trazar de líneas horizontales, verticales y con cambios de dirección.
Hacer dibujos simultáneos: utilizando dos hojas de papel el niño hará círculos simultáneos en las dos hojas y con las dos manos.
Esta serie de ejercicios son pautas que para el maestro o padre de familia realice en el período preescolar, pero mucho juega la creatividad para encontrar otras alternativas. También se puede hacer uso de juegos y juguetes destinados a desarrollar la lateralidad de manera muy divertida como el set manos y pies.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)